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Crisis de parejaPaternidad y FiliaciónLa pandemia dejó en 2020 menos rupturas sentimentales pero se dispararon en el último trimestre de desconfinamiento

15/06/20210

Nadie queda al margen de la crisis sanitaria mundial del COVID-19 ni de sus consecuencias. Constituye una realidad histórica, aunque con precedentes, que se ha introducido en el epicentro de nuestra sociedad, obligándonos a modificar y adaptar nuestras conductas, incidiendo directamente en las relaciones sociales. En contra de lo que podía pensarse, durante el año 2020 las demandas de disolución matrimonial, así como las de separación, experimentaron conjuntamente una variación decreciente del 13,3% respecto a las presentadas en el año 2019, de acuerdo con el Informe emitido por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial de fecha 8 de marzo de 2021.

Los datos recogidos para el año 2020 en las estadísticas nacionales revelan que durante el año en que se origina la pandemia, y con respecto al año anterior, se presentaron un 11,4% menos demandas de divorcio consensuado y un 15,7 % menos demandas de divorcio contencioso. Por su parte, se interpusieron un 16% menos demandas de separación consensuada, y un 18,3% menos de separación contenciosa. En cuanto a las demandas de nulidad matrimonial se presentaron 78 demandas, 22 menos que las interpuestas en 2019. Ello hace un total de 95.060 parejas que solicitaron el divorcio, la separación o la nulidad matrimonial en el año 2020.

Dicha variación decreciente, aunque dentro de la tendencia seguida en los últimos cinco años, no necesariamente implica que el año 2020 fuera un año de felicidad y bienestar para las parejas sentimentales. De hecho, la experiencia sostiene que no es así, pues durante el confinamiento domiciliario las fricciones y desavenencias conyugales que ya se tenían se acentuaron, producto de una convivencia continuada en un contexto de crisis e incertidumbre social, económica y laboral. No podemos obviar que durante 2020 se soportaron, y continúan soportándose, cuantiosos ERTE y ERE, que afectan indudablemente a la situación económica familiar.

Datos de 2020
  • demandas de divorcio consensuado:  -11’4%
  • demandas de divorcio contencioso:  -15,7%
  • demandas de nulidad matrimonial:  -22%

Precisamente por dicha inseguridad, los cónyuges deciden continuar en su relación por dos motivos fundamentalmente. El primero de ellos, por el bien de la economía familiar, posponiendo la disolución del matrimonio a un momento posterior, situación que se acaba volviendo insostenible. Y el segundo, por entender que es posible una reconciliación toda vez se haya normalizado la coyuntura sociosanitaria. Ambos motivos principalmente explican el descenso más agravado en la estadística del año 2020 en cuanto a la interposición de demandas de disolución matrimonial con respecto a los años anteriores.

Aún con ello, sí se observa un incremento generalizado en relación con la presentación de demandas de disolución matrimonial durante el tercer trimestre del año 2020, tras el fin del confinamiento domiciliario, en referencia al año anterior. Respecto a las demandas de nulidad se presentaron un 16,7% más que en 2019; de divorcio de mutuo acuerdo, un 17,7% más; de divorcio contencioso, un 15% más; de separación consensuada un 19,7% más; y de separación contenciosa un 6,6% más. No obstante, ello no es lo suficientemente representativo para incidir en la media interanual.

Datos del último trimestre de 2020
  • demandas de divorcio consensuado:  +17,7%
  • demandas de divorcio contencioso:  +15%
  • demandas de nulidad matrimonial:  +16,7%
  • demandas de separación consensuada: +19,7%
  • demandas de separación contenciosa: +6,6%

El mayor número de demandas de disolución matrimonial por cada 10.000 habitantes se produjo en la Comunidad Valenciana, con una tasa media de 7 demandas, continuando por las Islas Baleares y Canarias. En el extremo opuesto se sitúa Aragón con una tasa media de 4,6 demandas de disolución matrimonial por cada 10.000 habitantes, seguida de Castilla y León y de Extremadura.

Modificaciones de medidas

Dicha tendencia descendente se traslada también al ámbito de las demandas de modificación de medidas definitivas, aunque, como ocurre con las de disolución matrimonial, su interposición se incrementa en el tercer trimestre del año 2020 con respecto al del 2019, tras el desconfinamiento.

Por lo que se refiere a las modificaciones de medidas consensuadas, en el año 2020 se presentaron un 6,9% menos que el año anterior. Sin embargo, se experimentó un incremento durante los dos últimos trimestres del año con respecto al anterior, presentándose 948 demandas de modificaciones de medidas consensuadas más durante la segunda mitad del año 2020 que en la de 2019.

En cuanto a las demandas de modificaciones de medidas contenciosas, se presentaron un 13,97% menos respecto al año anterior, si bien durante el tercer trimestre del año se presentaron 584 demandas de modificaciones de medidas contenciosas más que en el tercer trimestre del año 2019.

Lo cierto es que, desde una perspectiva procesal, la crisis sanitaria y su incidencia en la economía y en el ámbito laboral ha afectado primordialmente a las relaciones familiares no unidas por vínculo conyugal con hijos en común.

Medidas paternofiliales (hijos no matrimoniales)

Aquí es donde verdaderamente se representa un incremento anual, puesto que en el año 2020 se presentaron un 7,7% más de demandas en solicitud de medidas paternofiliales consensuadas de hijos no matrimoniales. En cuanto a las demandas en solicitud de medidas paternofiliales contenciosas también se presentaron menos, aunque en el tercer trimestre del año 2020 se incrementaron en un 21,3% respecto del año 2019.

Como puede observarse, durante el año 2020, en el que se desarrolla la pandemia provocada por el Covid-19, la mayor incidencia procesal en las relaciones familiares la vemos representada en la ruptura de parejas no casadas con hijos, puesto que durante dicho año se evidencia un incremento de las demandas de guarda, custodia, y alimentos de hijos no matrimoniales de mutuo acuerdo. Probablemente, aunque no en todos los casos, ello se corresponda con las uniones sentimentales de un sector de la población joven.

Esta tendencia a la baja también se ve reflejada en el número de denuncias interpuestas por delitos de violencia de género en 2020 respecto a 2019, disminuyendo estas en un 10,27%. Nuevamente, la Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias son las comunidades con mayor número de denuncias interpuestas por cada 10.000 habitantes.

Conclusiones

En definitiva, en oposición a lo que comúnmente se podía pensar, los divorcios y las separaciones en cómputo anual no han experimentado un incremento en el 2020, si bien sí aumentaron con respecto al año 2019 durante los meses siguientes al denominado desconfinamiento, coincidiendo con el tercer trimestre del año. En cambio, las demandas de mutuo acuerdo en solicitud de medidas paternofiliales de hijos no matrimoniales aumentaron en clave interanual respecto del año anterior.

La tendencia de los divorcios y separaciones para el año 2021 probablemente se mantenga en la misma línea decreciente, en tanto no se reactive la economía y se alcance cierta estabilidad, pues no hay que olvidar que la moratoria de los ERTE finaliza aún en septiembre de 2021. Dicha tendencia viene siguiéndose desde hace cinco años consecutivos, en los que cada año se disuelven menos vínculos conyugales. No obstante, tendremos que esperar al cierre anual para que los datos recogidos revelen la realidad de la coyuntura social y muestren la variación de los divorcios, separaciones y nulidades matrimoniales.

Área de Derecho de Familia Carbonell Abogados

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